Viajar! Definitivamente uno de los más grandes placeres de la vida. La primera vez que viaje sola fue justo después de graduarme del colegio, aunque ya antes habia estado en países cercanos, como nuestra hermana República de Guatemala, nunca había salido de mi amado El Salvador sin la compañía/supervisión de mis padres.
Cuando salí del colegio, quería estudiar Biología Marina, por lo que fui a hacer los exámenes de admisión a una universidad en Heredia, Costa Rica. Así fue como tuve la necesidad/oportunidad de viajar sola, a un pais donde no conocia a nadie.
La primera vez fui a entregar mi solicitud y creo que a pagar por hacer los exámenes. Ahora que lo pienso y lo escribo me parece absurdo jajajaja pero en aquella época, estoy hablando del 2006, todavía no se hacían esos trámites por internet jajajaja.
Recuerdo que esa vez abordé el bus de TicaBus a las 3 de la madrugada. No tenía ni idea de donde me iba a hospedar ni como iba a hacer para llegar a la universidad al siguiente día, pero eso nunca me preocupo y creo que a mis padres tampoco.
Soy la mayor de tres hermanos y siempre he sido muy independiente. Desde pequeña acompañaba a mi mamá a hacer mandados (por lo general, de mala gana) y muchas veces nos tocó atravesarnos el centro de San Salvador para poder llegar a nuestro destino. Así aprendí a caminar a paso ágil, zig-zagueando entre la multitud, con la vista al frente para no chocar con nadie, abajo para no tropezar en aquellas aceras camuflajeadas, y a los lados por los “mañosos.” Además, la cartera se lleva A-DE-LAN-TE y se anda con cara de gata arisca para evitar la mayor cantidad de “piropos” obscenos.
LLegué a las 11 de la noche a la terminal de TicaBus, en San José. A esa hora paré al primer taxi que ví y le pedí al conductor que me llevara a un hotel “no muy caro.”
-Como no! Súbase, yo la llevo – me dijo.
